PRESENTACIÓN DEL LIBRO “DURANGO HACIA EL FUTURO”

MENSAJE DEL LIC. JOSÉ MIGUEL CASTRO CARRILLO, PARA LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO “DURANGO HACIA EL FUTURO”

Siempre debemos seguir nuestros sueños, nos guían a donde nuestro espíritu nos quiere llevar y es la familia el motor que nos impulsa a desarrollarnos como seres humanos en un mundo cada vez más cambiante. Nuestros padres nos inculcan los valores que nos preparan para la vida y nos fortalecen y esa es su mayor herencia.

Durango también me ha otorgado mucho y con este libro quiero dar un granito de arena para condecorar su identidad contribuyendo con las nuevas generaciones que estudian y se interesan por nuestra tierra. En la monografía se encuentran los datos actualizados de su historia y geografía, además de permitirles conocer de los recursos que Durango dispone para todos nosotros. Asimismo, considero importante tener presente quienes somos, quienes fuimos y lo que hacemos actualmente para definirle un rumbo próspero a nuestro querido estado.

Como parte de mi herencia, no olvido a mi querido Gómez Palacio, lugar que me vio nacer y crecer. Tuve una niñez feliz, disfruté vivir en un rancho, estar en contacto con el campo, cerca de los cultivos de trigo, cebada o algodón, o bien del ganado de las chivas, los borregos o las vacas; son estos recuerdos los que me hacen honrar mis raíces duranguenses porque son ellas las que han sostenido mi impulso de aportar algo a la sociedad, a mi gente.

De esta misma manera, también recuerdo cuando llegó el momento de ir a la escuela. En uno de los paseos a la ciudad, me llamó la atención el Instituto 18 de Marzo en Gómez Palacio, donde cursaría mis primeros estudios y comenzaría a abrevar los conocimientos con los que tomé la vida y disfrutar de momentos inolvidables. Fue mi primer acercamiento a la literatura y también a la ciencia. Descubrir el mundo a través de los libros y poner a prueba los conocimientos adquiridos, era parte de reafirmar lo que nos enseñaban nuestros maestros.

Cuando llegué a este lugar, vine con la incertidumbre y el miedo en mi corazón. Pero pronto me di cuenta de que había encontrado un nuevo hogar que representó un nuevo comienzo, en donde podía construir un futuro con base en mi carrera y tomando una a una las oportunidades de la vida.

Con su generosidad y hospitalidad, me recibieron con los brazos abiertos, me brindaron no sólo la oportunidad de estudiar, sino también de trabajar, de crecer y, sobre todo, de prosperar. Me dieron la posibilidad de convertirme en el hombre que soy hoy, un hombre que puede y quiere ayudar a los demás. Ser notario hoy, es la profesión que construí desde mi juventud, en las aulas de la Escuela de Derecho, hoy Facultad, en la Universidad Juárez

del Estado, donde lo que aprendí en el aula lo llevé al servicio de los demás, y lo sigo haciendo.

Hoy quiero expresar mi más profundo agradecimiento porque una vez más, mi Alma Mater me abre sus puertas, aquí en el Instituto de Bellas Artes, este escenario dedicado a la cultura, donde estuviera la Escuela para Niñas, antecedente de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado, y luego, la Escuela Superior de Música, para dar cuenta a través de las letras, de lo que hemos hecho en Durango a lo largo del tiempo.

A través de las páginas de esta Monografía, quiero expresar mi más profundo agradecimiento por todo lo que ha hecho Durango por mí, al regresar en beneficio de niños y jóvenes, información que contribuye a forjar su futuro, porque como bien lo decía William H. Carter “solo podemos aspirar a dejar dos legados duraderos a nuestros hijos: uno raíces; y el otro, alas”. Ahora, quiero devolver un poco de lo que he recibido. Quiero ayudar a los demás, ser un instrumento de cambio, hacer una diferencia en la vida de las personas que, como yo, han tenido que dejar su lugar de origen en busca de una vida mejor.

Pero este camino lo he recorrido gracias al apoyo invaluable que siempre me ha dado Minie, mi compañera de vida, quien me ha ayudado a sortear las dificultades y andar estos senderos pedregosos que a veces pareciera que no terminan. Has sido un eje fundamental-en mis actividades políticas y notariales, y ha sido el pilar que fortalece día con día, a la familia que hemos forjado juntos: mi hijo primogénito Lic. José Miguel Castro Mayagoitía y su esposa Davina Capaceta, mis nietos Davina y José Miguel. Mi hija Lic. Minerva Castro Mayagoitía con su esposo Ing. Jorge Vela Ávila y mi hijo menor Arq. José Guillermo Castro Mayagoitía con su esposa Diana Soto y mis nietos Guillermo Manuel y Patricio.

Todos ustedes me han enseñado a vivir plenamente, a amar sin condición y me han enseñado a ser cada día un mejor hombre, un mejor esposo, un mejor padre y un excepcional abuelo.

Hoy, agradezco la presencia de destacados impulsores y gestores de la cultura, desde hace años han enfocado el arte en el contexto de la identidad duranguense y hoy me acompañan en este lugar: Pepe de la O, quien ha dado a conocer a través de sus textos la voz de nuestra idiosincrasia; Oscar Jiménez, quien ya ha tenido a su resguardo la memoria que acompaña a nuestra ciudad y que le hado promoción a nuestras letras y Luis Gustavo Sandoval, artista plástico que nos cuenta la historia de Durango a través de la pintura, y cuya obra la podemos apreciar en los principales edificios de nuestro estado, entre los que se encuentra el antiguo Palacio de Gobierno, hoy Museo Nacional Francisco Villa.

Quiero agradecerles a todos por la oportunidad de vivir en este lugar, por la oportunidad de crecer, de prosperar, de ser feliz. Quiero agradecerles por ser mi comunidad.

Gracias, de todo corazón, por todo lo que han hecho por mí.

Así, surgió el propósito de contribuir con los niños y jóvenes que estudian y se interesan por nuestra tierra, en la monografía, se encuentran los datos actualizados de nuestra historia y geografía, conocer de los recursos que tiene nuestra tierra, lo que somos y lo que hacemos, para juntos, y definir desde nuestro presente, el futuro de nuestra entidad. Es también, poner a disposición de los duranguenses, un granito de arena de lo mucho que me ha dado Durango, y es en este libro, donde hago un recuento a través de imágenes, de mi labor como servidor público.

Nací en la Comarca Lagunera, tuve una niñez feliz, disfrutaba vivir en un rancho. En esa época estar en contacto con el campo, cerca de los cultivos de trigo, cebada o algodón, o bien del ganado, de las chivas, los borregos y las vacas era parte de descubrir nuestro entorno.

Cuando llegó el momento de ir a la escuela, en uno de los paseos a la ciudad, me llamó la atención el Instituto 18 de Marzo en Gómez Palacio, donde cursaría mis primeros estudios y comenzaría a abrevar los conocimientos con los que tomé la vida y disfrutar de momentos inolvidables. Fue mi primer acercamiento a la literatura, y también a la ciencia. Descubrir e mundo a través de los libros y poner a prueba los conocimientos adquiridos era parte de reafirmar lo que nos enseñaban nuestros maestros.

Después, tuve que dejar mi lugar de origen en busca de oportunidades que no encontré en mi tierra natal. La falta de escuelas de nivel superior me llevaron a tomar la difícil decisión de dejar atrás a mi familia, mis amigos y todo lo que conocía hasta entonces.

Recuerdo los primeros días, cuando llegué a este lugar con la incertidumbre y el miedo en mi corazón. Pero pronto me di cuenta de que había encontrado un nuevo hogar, que representó, un lugar donde podía empezar de nuevo, donde podía construir un futuro con base en mi carrera y tomando una a una las oportunidades de la vida.

Con su generosidad y hospitalidad, me recibieron con los brazos abiertos, me brindaron no sólo la oportunidad de estudiar, sino también de trabajar, de crecer y, sobre todo, de prosperar. Me dieron la posibilidad de convertirme en el hombre que soy hoy, un hombre de éxito, un hombre que puede ayudar a los demás. Ser notario hoy, me permite poner al servicio de los duranguenses mi profesión que construí desde mi juventud, en las aulas de la Escuela de Derecho, hoy Facultad, en la Universidad Juárez del Estado, donde lo que aprendí en el aula lo llevé al servicio de los demás, y lo sigo haciendo.

Hoy, una vez más mi Alma Mater me abre sus puertas, aquí en el Instituto de Bellas Artes, este escenario dedicado a la cultura, donde estuviera la Escuela para Niñas, antecedente de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado, y luego, la Escuela Superior de Música, para dar cuenta a través de las letras, de lo que hemos hecho en Durango a lo largo del tiempo.

A través de las páginas de esta Monografía, quiero expresar mi más profundo agradecimiento por todo lo que ha hecho Durango por mí, al regresar en beneficio de niños y jóvenes, información que contribuye a forjar su futuro y a soñar, porque perseguir nuestros ideales nos hace mejores seres humanos. Ahora, quiero devolver un poco de lo que he recibido. Quiero ayudar a los demás, quiero ser un instrumento de cambio, quiero hacer una diferencia en la vida de las personas que, como yo, han tenido que dejar su lugar de origen en busca de una vida mejor.

Este camino, lo he recorrido, gracias al apoyo invaluable que siempre me ha dado Minie, mi compañera de vida, quien me ha ayudado a sortear las dificultades y andar estos senderos pedregosos que a veces pareciera que no terminan. Has sido un eje fundamental en mis actividades políticas y notariales, y ha sido el pilar que fortalece día con día, a nuestra familia.

Minerva, me has dado el regalo más preciado que alguien puede recibir: el regalo de tu amor, tu compañía y tu apoyo incondicional. A lo largo de los años, hemos compartido momentos de alegría, de tristeza, de desafío y de triunfo. Y en cada uno de ellos, has estado a mi lado, sosteniendo mi mano y mirándome con amor.

Tu capacidad para crear un hogar cálido y acogedor, donde la armonía y la paz son la norma, es algo que admiro y agradezco cada día. Tu dedicación a nuestra familia, tu preocupación por el bienestar de cada uno de nosotros, es algo que nunca podré pagar.

Pero sobre todo, quiero agradecerte por disfrutar de los momentos juntos, por reír conmigo, por llorar conmigo, por compartir conmigo la vida en toda su belleza y complejidad, por enseñarme lo que es Durango, porque contigo he disfrutado los rincones de nuestro estado. Tu sonrisa, tu risa, tu mirada, son cosas que me hacen sentir vivo, que me hacen sentir que todo es posible.

Tus valores, tu integridad, tu generosidad, son un ejemplo para mí y para nuestra familia. Me has enseñado a vivir plenamente, a amar sin condición, a perdonar sin límites. Me has enseñado a ser cada día un mejor hombre, un mejor esposo, un mejor padre.

Hoy, me siento abrumado por la emoción y la gratitud. Quiero que sepas que eres la razón por la que mi vida ha sido tan rica y plena. Tu amor, tu dedicación y tu apoyo incondicional han sido el faro que ha guiado mi camino a lo largo de todos estos años.

Quiero agradecerte por todo lo que has hecho por mí, por nuestra familia, por nuestra vida juntos. Quiero agradecerte por ser la madre de nuestros hijos, por ser la abuela de nuestros nietos, por ser mi esposa, mi amiga, mi todo.

A lo largo de los años, has sido mi roca, mi refugio, mi mejor amiga. Me has apoyado en todos mis proyectos, incluido el de este libro, donde plasmo mi interés por mi estado, me has alentado en mis momentos de duda, me has amado sin condición. Y yo te he amado a ti, con todo mi corazón, con toda mi alma.

He luchado por mis sueños, y he logrado mucho. Pero no lo he hecho solo. Ustedes han sido parte de mi éxito, mi familia, mis amigos y sobre todo, la gente de Durango, han sido desde que llegué, mi apoyo y mi motivación.

Durango es un estado con una rica historia y cultura, y es tiempo de darlos a conocer. Somos herederos de un gran legado. Hoy aquí, también me acompañan amigos, y en esta ocasión, agradezco a Pepe de la O, a Oscar Jiménez y a Luis Gustavo Sandoval por sus valiosos conceptos. Sigamos trabajando para hacer juntos, el Durango que queremos para nosotros y el que queremos que disfruten también nuestros hijos y nietos.

Quiero agradecerles a todos por la oportunidad de vivir en este lugar, por la oportunidad de crecer, de prosperar, de ser feliz. Quiero agradecerles por ser m comunidad.

Gracias, de todo corazón, por todo lo que han hecho por mí.